Las pérdidas de la orimulsión
La tecnología inicialmente ideada para facilitar el transporte del pesado y extrapesado crudo extraído de la Faja Petrolífera del Orinoco, pronto fue transformada en una fórmula comercial que, en vez de aumentar las rentas del Estado, y con ellas los salarios de profesores y maestros, mejorar la educación, salud, seguridad, devino en disminución de ingresos para la nación cercanas a los 10.500 millones de dólares.
Y mire que la tecnología, en sí misma, levanta simpatías entre la comunidad científica de Venezuela y del mundo, porque eso de poseer en el subsuelo 270.000 millones de barriles de petróleo, sacarlo y encontrarse con el problema de su casi absoluta imposibilidad de transportarlo a las refinerías y buques, es un carma o karma, como mejor prefiera.
Hasta la fecha, las soluciones más usadas para vencer la resistencia, reducir la viscosidad, del petróleo pesado y extrapesado a moverse por oleoductos son mezclarlo con crudos más livianos o añadirle Nafta, ambas menos costosas pero con las desventajas de que los primeros se están agotando, mientras la segunda se produce poco en el país y por tanto hay que importarla.
Tal contexto impulsa a la comunidad científica, en especial la del Instituto Venezolano de Tecnología del Petróleo, Intevep, filial de Pdvsa, a tener como permanente línea de investigación la búsqueda de fórmulas para doblegar la lentísima movilidad del crudo de la Faja.
Sobre esa línea, los investigadores se plantearon la hipótesis de que si lograban combinar el petróleo con agua podrían aumentar la fluidez del crudo, con el fuerte y atractivo añadido de emplear una sustancia, hasta ahora, muy abundante y barata, el agua.
Con esa mirada puesta en lograr que ambas sustancias se combinaran, debían soslayar la inmiscibilidad o la negativa del petróleo a combinarse con el agua. Al agregar el crudo extrapesado al agua se va al fondo. No se juntan.
Para lograr ese propósito se fajaron en crear un emulsificante o una emulsión que, como en la mayonesa, uniera el agua con el aceite. Una vez combinados, transportado el petróleo, al final del camino se haría el trabajo inverso, es decir, se quitaría el agua y listo: de nuevo tendríamos en su lugar de destino el petróleo pesado.